El número 21 representa al siglo XXI y recuerda que la embarcación solar se propone ser una aportación visionaria para la solución de problemas medioambientales inmediatos. El paso a las energías renovables es uno de los factores clave del siglo XXI. También otros proyectos comprometidos con el desarrollo sostenible llevan el número 21 en su denominación: www.sun21.ch, www.agenda-21.ch.
Esta travesía no es más peligrosa que un recorrido equivalente con un yate de vela. La "sun21" ha sido concebida y equipada para la navegación por alta mar. Cumple con todas las normas de seguridad y ha sido autorizada por la Autoridad Marítima suiza. Los motores eléctricos son además muy seguros. El cronograma tiene en cuenta los parámetros metereológicos, descartándose p. ej. los huracanes. Con Martin Vosseler viaja además un médico experimentado a bordo. Michel Thonney es el responsable de la seguridad en el barco. Cuando el mar está agitado, los miembros de la tripulación se sujetan a la cubierta mediante cinturones y cuerdas. En caso de emergencia, se cuenta con una serie de recursos: de una parte con aparatos como Walkie-Talkie, GPS, emisora de emergencia y radio de onda corta, y de otra, con medios tales como bote auxiliar, balsa salvavidas, espejo de señales, cohetes de emergencia, señales de humo y aros salvavidas con boyas luminosas.
Sin ningún problema: Como en todas las instalaciones fotovoltaicas basta con la luz solar para generar electricidad. El sistema ha sido concebido para que la mitad de la energía generada sea almacenada en las baterías. De este modo, de noche la embarcación sigue navegando con servicio de batería. Si el cielo permanece nublado durante más tiempo, se reduce la velocidad.
El barco cuesta unos 700'000 francos suizos. El proyecto lo financia un grupo de personas físicas comprometidas que ha reunido la doctora basiliense Daniela Schlettwein.
La embarcación podrá emplearse posteriormente de muy diversas formas. Con su bonita cubierta techada tiene capacidad para acoger también a grupos más amplios y es idónea como barco de excursiones y fiestas. La comodidad de navegación es única y los gastos de mantenimiento son modestos. Sobre el futuro uso de la “sun21” se decidirá durante la travesía. Las propuestas son bien venidas.
En teoría sería completamente factible; la "sun21" podría navegar durante años por los mares sin una gota de combustible. Sin embargo, la embarcación no es muy rápida, por lo que requeriría mucho tiempo dar la vuelta al mundo. De otra parte, tampoco está preparada para todas las posibles condiciones marítimas en alta mar. MW-Line está trabajando junto con PlanetSolar en la idea de dar la primera vuelta al mundo con una embarcación que combinará la tecnología solar y la de hidrógeno. Las experiencias de transatlantic21 beneficiarán a este nuevo proyecto.
Es una buena pregunta. Hace tiempo que llegó el momento para el uso generalizado de la tecnología solar en la navegación. Ningún otro vehículo se presta mejor para transformar la energía luminosa en movimiento. Las embarcaciones solares son además muy fáciles de mantener. Todas las embarcaciones construidas hasta ahora por MW-Line han demostrado su excelente eficacia en la práctica y ya han transportado a millones de pasajeros.
En las Islas Canarias, última escala antes de emprender la travesía, la tripulación compró víveres para 40 días: frutas y verduras, pasta, lentejas, arroz, huevos, biscotes, algunas conservas, verduras secas y zumos. Gracias a la nevera situada en la cocina del catamarán, también pudieron llevarse algunos embutidos y productos lácteos. Salvo fuerte marejada, la tripulación solía preparar una comida caliente al atardecer. Las frutas y verduras frescas se agotaron pasadas unas dos semanas y el menú se fue haciendo cada vez más modesto a finales de esta travesía de 30 días. Sin embargo, la tripulación no tuvo que limitarse a unos víveres de supervivencia concretos.
Antes de emprender la travesía del Atlántico, se almacenaron en el catamarán unos 250 litros de agua mineral embotellada. Estas reservas bastaron para beber y, durante largo tiempo, también para cocinar. En tanques de agua con capacidad para 520 litros situados en el casco del "sun21" se transportaba agua dulce adicional. A finales de la travesía la tripulación cocinaba con mayor frecuencia con esta agua del tanque.
En contraposición a los primeros que cruzaron el Atlántico, que tenían que orientarse por el sol y las estrellas, el "sun21" navega con aparatos modernos. Con el sistema de navegación por satélite GPS, p. ej., los patrones del barco pueden informarse en cualquier momento sobre la posición del barco. Otros aparatos indican la fuerza y dirección del viento, la profundidad del agua y la velocidad de navegación. Con la ayuda del autopiloto, el barco puede mantener automáticamente un rumbo seleccionado. El monitor del ordenador de a bordo presenta un mapa que señala la posición y el rumbo del barco, las etapas recorridas y la distancia que falta para alcanzar la próxima escala. No obstante, la tripulación sigue apoyándose en la brújula, los mapas y los libros para la planificar las rutas.
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